Sobre mí

Recuerdo como si fuera ayer, ese día en el que la seño me preguntó: “Marina, ¿Y tú?, ¿qué quieres ser de mayor?”. Ante tal pregunta me quedé aturdida, sin saber qué contestar, con miedo a decir realmente lo que pensaba … ¡Quería ser maestra!

Y os preguntaréis: ¿Miedo? ¿A qué? Pues sí, me sentía abrumada, cohibida, como si querer ser maestra fuese algo raro, inusual y equívoco; y es que, lo cierto es, que era una alumna introvertida, apocada y, en ocasiones, retraída; por lo que, ante cualquier pregunta de la seño me escondía e intentaba ocultar aquellos pensamientos o ideas que, quizás, podían resultar portentosos y singulares.

Con el paso del tiempo, aprendí a desatar mi timidez, a incentivar esa puesta en marcha de mis actitudes y conductas, a dejar volar mi imaginación y creatividad, a soñar y susurrar quién quería ser y hasta dónde quería llegar.

Comenzar a crear ese concepto de maestra que perseguía con ansias e ilusión desde muy pequeña, como si se tratase de una utopía, un sueño casi imposible de alcanzar, pero el cual siempre tenía en mente, como si algún día lo pudiese llegar a lograr.

Esto supuso para mí un nuevo reto, el cual logré desempeñar con éxito gracias a esa ayuda continua recibida por parte de mis profesores, los cuales actuaron como guías y mediadores para facilitarme ese necesario andamiaje que me permitió dar un salto, salir de mi zona de confort y alcanzar aquellos objetivos que me iba proponiendo.

Con el paso del tiempo, fui adquiriendo consciencia de la realidad en la que me encontraba inmersa. Cuando eres peque, todo sonríe a tu alrededor, hasta los días más lluviosos parecen mostrar una mirada soleada al horizonte.

Sin embargo, conforme creces, comienzas a observar como existe una amplia diversidad de opiniones, circunstancias, caminos, opciones e instantes a experimentar, cada uno de ellos repleto de un sinfín de pensamientos y actitudes que te guían hacia metas distintas y, por tanto, hacia un futuro incierto y dispar.

Y es en ese momento, cuando comienzo a plantearme la educación como vocación, como plan de futuro, como rol fundamental en la sociedad, puesto que existen numerosas problemáticas cargadas de incertidumbre, desinformación, violencia, falta de respeto, desigualdad y desinterés, que derivan continuamente en un derrumbe constante, en una destrucción de lo previamente construido y, en un incremento de prejuicios y liderazgo, que rompe con los necesarios esquemas educativos a enseñar, transmitir y educar en nuestra sociedad.

Desde que consolidé mi idea de ser maestra, surgieron diversas inquietudes acerca de cómo llevar a cabo tal tarea para aproximarme a ese sueño que siempre había tenido en mente: 





1 comentario:

  1. Creo que serás una gran profe, mucho ánimo y no dejes de luchar por tu sueño 😉

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